Los abonos verdes es una práctica muy recomendable para aumentar la fertilidad de nuestros suelos y para aumentar la biodiversidad en los sistemas agrarios. Los que somos de campo siempre hemos escuchado a las personas mayores y a otros agricultores decir lo de: “Después de plantar habas, las labras y lo que pongas después nace mucho más fuerte y vigoroso”.

Y en esa práctica que aunque los agricultores no sabían exactamente la explicación científica, había una clara observación de que la fertilidad de la tierra se veía aumentada, y por ello hoy en día, se le llama abono verde a todas esas especies que plantamos con el objetivo de mejorar y fertilizar la tierra.

En el siguiente vídeo os explico que son, que ventajas ofrece para la agricultura ecológica y no ecológica la práctica de los abonos verdes.

¿Qué son los abonos verdes?

Los abonos verdes son especies de vegetales bien silvestres o bien especies domesticadas con ciertas características, que se siembran  para posteriormente ser incorporados al suelo. Las familias más utilizadas como abonos verdes son las gramíneas (Poáceas), las legunimosas (Fabáceas) y las crucíferas. Casi todos los que pertenecemos al sector agrario, hemos escuchado de los agricultores, que después de un cultivo de habas, la siguiente plantación se desarrolla mucho más vigorosa y saludable. Detrás de esta práctica está el enriquecimiento en materia orgánica, nutrientes y microbiología que aporta al suelo el abonado verde

¿Qué funciones o ventajas tiene hacer un abonado verde?

Los abonos verdes tienen varios objetos o funciones, dependiendo del sistema donde los queramos implantar y de las especies que elijamos para llevarlo a cabo. De este modo los abonos verdes aportan los siguientes beneficios al sistema agrícola:

1. Aumentan la fertilidad del suelo

Los abonos verdes mejoran y aumentan la fertilidad del suelo en su amplio sentido. Al tratarse de material vegetal y por tanto de material orgánico, al introducirlo en el suelo éste conlleva una serie de beneficios al medio edáfico. Los abonos verdes aportan materia orgánica al suelo, por tanto las propiedades físicas de éste se ven mejoradas, siendo mayor su permeabilidad, su oxigenación, y su riqueza en nutrientes. Del mismo modo se incrementa la cantidad de humus del suelo, que bien si el abonado verde es más lignificado (los cereales) generará más cantidad de humus que es más estable en el tiempo, o bien si es más acuoso (por ejemplo las habas) se descompondrá a una mayor velocidad y liberando sobre todo nutrientes y sustancias orgánicas lábiles. También es muy importante el incremento en la actividad microbiana del suelo, ya que es la encargada de descomponer todo el abonado verde en el momento de su corte e incorporación, en este sentido los cultivos que son más carnosos aportan una mayor actividad microbiana que los que son más lignificados. Así, el grado de lignificación va a depender por un lado de la especie elegida, por ejemplo, un cereal se lignifica más que una leguminosa o una crucífera, pero por otro lado el momento de corte e incorporación también es determinante, así, un cultivo después de la fructificación su lignificación es mayor que en su floración. Por lo general se entierran antes de que se lignifiquen, normalmente un poco antes o en plena floración.

2. Protegen al suelo de la desecación y de la erosión

Al estar el suelo cubierto por una capa de vegetación, lo preserva de los agentes atmosféricos, principalmente de lluvias y heladas en invierno y la desecación por el exceso de insolación en verano. De este modo la vida en el suelo se mantiene durante más tiempo ya que las fluctuaciones de temperatura y humedad no son tan acusadas como en suelos desnudos desprovistos de cualquier vegetación que los proteja. Por otro lado en cultivos con pendientes como son por ejemplo las plantaciones de secano de olivar y almendro, los abonos verdes evitan o frenan en gran medida la erosión provocada sobre todo por las lluvias, que en muchos casos en suelos desprotegidos provocan grandes pérdidas de la capa más fértil de los terrenos y grandes cárcavas o socavones. Por tanto es relevante la función que lleva a cabo los abonos verdes como freno a la erosión y conservación de la fertilidad de los suelos.

3. Dinamizan los procesos biológicos del suelo

Cuando cualquier vegetal es implantado en un suelo, éste tanto por la acción mecánica de sus raíces como por los exudados radiculares, las propiedades del suelo físicas, químicas y microbiológicas se ven modificadas positivamente. Todas estas modificaciones van a favor de incrementar la fertilidad del suelo. Del mismo modo el abono verde está implicado en la movilización y reciclado de nutrientes y minerales, ya que los absorbe en forma mineral estando en muchas ocasiones bloqueados en el suelo, para formar parte de sus estructuras orgánicas que posteriormente serán incorporada de nuevo al suelo y estar disponibles de nuevo para el siguiente cultivo. También está documentado que el establecimiento y desarrollo de hongos micorríticos (micorrizas) se ve propiciado por los abonos verdes.

 

4. Mejoran la estructura del suelo

Como ya he mencionado anteriormente, los abonos verdes mejoran la estructura del suelo, por un lado por el aporte de materia orgánica que suponen y por otro por los canales que dejan las raíces en el suelo al secarse. Hay especies con raíces pivotantes profundas (por ejemplo el centeno) que penetran a bastante profundidad y sirven para romper suelas de labor y apelmazamientos del suelo. Todo esto hace que aumente la porosidad y permeabilidad del suelo, el ambiente microbiológico sea más propicio, ofrece cohesión a los suelos arenosos, etc. De este modo los abonos verdes tienen un efecto positivo en recuperar suelos degradados por los fertilizantes de síntesis en los que los suelos se encuentran muy salinizados y carecen de estructura

5. Enriquecen al suelo en elementos fertilizantes o nutrientes

Además de movilizar elementos minerales y ponerlos en estado orgánico, en el caso de las leguminosas, los niveles de nitrógeno del suelo se ven incrementados tras su cultivo.  Esto es debido a la simbiosis que se establece entre las raíces de estas especies y las bacterias nitrificantes (género Rhizobium) que son capaces de fijar el nitrógeno atmosférico, algunas especies de leguminosas pueden llegar a fijar entre 100 y 400 kg de Nitrógeno por hectárea y año, mas abajo en la tabla queda detallado por especie. También las crucíferas a través de sus raíces profundas extraen mucho potasio de las capas más bajas para después  tras su descomposición ponerlo a disposición en los perfiles más altos del suelo.

CANTIDAD DE NITRÓGEO FIJADO POR LEGUMINOSAS

En la siguiente tabla se muestran las cantidades  (en kg por año y hectárea)de nitrógeno que son capaces de fijar las diferentes especies de leguminosas:

 

Especie abono verde Nitrógeno fijado/ha y año
LEGUMINOSAS (Fam: Fabae)  
Anuales  
Almortas, muelas, alverjon, chícharos (Lathyrus sativus) 30-36 kg
Altramuz (Lupinus albus) 150-200 kg
Canavalia, judía de caballo (Canavalia esiformis) 50 kg
Crotolaria (Crotolaria micans) 200 kg
Guisante forrajero (Pisum sativum) 105-245 kg
Habas y habines (Vicia faba) 150-320 kg
Serradella (Ornithopus sativus) 80-120 kg
Sesbania anual (Sesbania exaltata) 350-540 kg
Trébol de Alejandría (Trifolium alexandrinum) 110 kg
Trébol rojo o Trébol anual (Trifolium incarnatum) 230-450 kg
Veza (Vicia sativa) 30-450 kg
Perennes  
Alfalfa (Medicago sativa) 300-550 kg
Altramuz perenne (Lupinus polyphyllus) 50-100 kg
Esparceta o Pipirigayo (Onobrychis viciaefolia) 80-120 kg
Trébol subterráneo (Trifolium subterraneum) 200 kg
Trébol blanco (Trifolium repens) 150-200 kg
Trébol violeta (Trifolium pratense) 230-460 kg
Veza vellosa (Vicia villosa) 100 kg

6. Favorecen y fomentan el control biológico

Los abonados verdes, no dejan de ser cubiertas vegetales, que ofrecen diversidad al agrosistema y refugio a cantidad de enemigos naturales, fomentado de este modo el control biológico de nuestros cultivos. Por ejemplo si tenemos problemas de pulgón en nuestro cultivo, es interesante poner cereales como la cebada que tienen pulgones específicos y por tanto va a propiciar la aparición fauna auxiliar que estará disponible para cuando aparezca el pulgón en cultivo donde se implanta el abonado verde. También la phacelia (phacelia tanecetifolia) es una especie melífera y con muchísimas y llamativas flores, por lo que fomenta la llamada y establecimiento de muchos insectos depredadores y parasitoides de plagas.

7. Control de plagas y enfermedades del suelo

Es el caso del control por ejemplo de los nematodos formadores de agallas que afectan a muchos cultivos como a pimiento y tomate. Para ello se utilizan especies pertenecientes a la familia de las Crucíferas , como la mostaza blanca (Sinapis alba) o los rábanos forrajeros (Raphanus sativus), las cuales cuando se entierran en el suelo, en su proceso de descomposición liberan isotiocianatos, que son sustancias con poder nematicida y fungicida, y por tanto ejercen un efecto de control (desinfectante) frente a estas enfermedades de las raices de los vegetales, o lo que es lo mismo, una biofumigación.

8. Forma parte de la rotación de cultivos

La rotación es muy recomendable en la agricultura ecológica puesto que tiene grandes ventajas: movilización de nutrientes, extracción a diferentes profundidades del suelo, generación de biodiversidad en el tiempo, rompen en ciclo de muchos patógenos y enfermedades del suelo y aéreas, etc. También en cuestión de normativa, el Reglamento (CE) 834/2007, atendiendo a sus bases y principios agroecológicos, obliga a los productores certificados a establecer rotaciones en las que se incluyan leguminosas.

9. Limitan el desarrollo de malas hierbas

En algunos casos nos interesa controlar a algunas especies vegetales, como algunas especies invasoras. A modo de competencia de nutrientes y de luz, al ser las especies elegidas como abono verde más competitivas y de crecimiento más rápido, pueden llegar a ahogar a otras especies vegetales no deseables en nuestros campos. Se llama siembra intercalada o sobresiembra cuando entre líneos de hortícolas para evitar el crecimiento de hierbas no deseadas, se implanta un abono verde de porte bajo para no competir en luz (menor a 30cm, generalmente tréboles) que a su vez enriquece el suelo y no compite en nutrientes con el cultivo debido a la separación correspondiente desde el líneo de cultivo.  También existen determinadas especies como la Phacelia o el trigo sarraceno que tienen conocidos efectos desherbantes.

Accede a este artículo donde trato sobre qué especies y fechas elegir para sembrar un abono verde.

En el siguiente vídeo os muestro como he llevado a cabo un abono verde de veza con avena en un cultivo de frutales, concretamente de melocotoneros.

Hola, mi nombre es Sebastián, como apasionado de la agricultura ecológica que soy, me encantaría ayudarte a que consigas producir alimentos sanos y ecológicos, ya seas un agricultor profesional o simplemente aficionado. Seguro que saldrá bien!! Si quieres saber más de mí haz click aquí.

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Author: biogroweb

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